Suicidio: es el acto por el que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte.
El suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años de edad, de acuerdo con Centers for Disease Control and Prevention (CDC), después de accidentes y homicidio. Se cree además que por lo menos 25 intentos se hacen por cada suicidio de un adolescente.
Hay diferentes tipos de suicidios. El más común es el del Bullyng, pero también hay otras causas
A continuación os dejaremos algunos casos de Bullyng que, esperemos, os harán reflexionar sobe esto:
Sirdeaner L. Walker, de 43 años, encontró a Carl colgando de un cable de extensión en el segundo piso de la casa de la familia [Lunes] 6 de abril 2009, solo minutos antes de que se iba a una reunión para confrontar a las autoridades escolares de nuevo.
"Tengo el corazón destrozado", dijo a ABCNews.com. "Nos preocupamos por la economía y por Irak, pero tenemos que estar preocupados por nuestras escuelas"
Nueve minutos de vídeo muestran la desgarradora historia de una joven que, de tanto que sufrió, llegó a plantearse qué hacía en este mundo. De forma inocente, las primeras tarjetas muestran una joven normal y corriente explicando que cuando estaba “en séptimo grado, me veía con mis amigo a través de una webcam”.
En las siguientes tarjetas se revela que la adolescente empezó a atraer la atención de personas que dijo no conocer. Personas que le decían que era hermosa, impactante, perfecta. “Querían que les mostrara mis senos. Así lo hice un año más tarde”, se leía en las tarjetas.
Y la historia empieza a complicarse. Cuentan sus tarjetas que empezaron las amenazas de que o bien enseñaba más partes de su cuerpo o se desvelarían las que envió de sus pechos. Sin embargo, en Navidad, la policía llegó a su casa para advertirles de la divulgación de esas fotos. “Luego me enfermé gravemente: sufría ansiedad, una fuerte depresión y ataques de pánico. Empecé a consumir alcohol y drogas” (entonces contaba con menos de 14 años).
Tuvo ansiedad y al cabo de un año volvió ese hombre en una página de Facebook en la que se enseñaban sus fotos, Amanda perdió a sus amigos. No obstante, a pesar de sentirse sola, la cosas empezaron a mejorar. “Luego de un mes empecé a hablar con un viejo amigo”, decía.
Él tenía novia pero Amanda pensaba que le gustaba de verdad y un día el chico le pidió que fuera a su casa. “Y fui… grave error… Pensé que le gustaba”. Una semana más tarde, la novia de su amigo se presentó en su escuela junto con otras 15 personas. Se reunió una multitud mientras la novia le gritaba que nadie la quería. “Un tipo gritó: ‘Golpéala’…” La golpearon y cayó al piso. “Me sentí como una tonta, pensé que nadie se merece esto”, dice la siguiente tarjeta. “Los maestros llegaron corriendo, pero yo me fui, me tiré en una zanja y luego mi papá me encontró”.
Al llegar a casa, presa de su pánico, bebió cloro. “Me sentía fatal, de verdad pensé que moriría” y tuvieron que llevarla al hospital. Y peor aún, al volver se encontró este mensaje en Facebook: ‘Se lo merecía; ¿te quitaste el fango del cabello? Espero que esté muerta”.
Se mudó con su madre, pasaron seis meses y “la gente me etiquetaba en fotos de blanqueador, cloro y zanjas… Todos los días me pregunto por qué sigo aquí”. Su ansiedad empeoró y tuvo que ser trasladada al hospital otra vez a causa de una sobredosis.
La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es Amanda Todd”. El cuerpo de Amanda fu encontrado el miércoles pasado en su casa. Se había quitado la vida. Tan solo tenía 15 años.
Otros tipos pueden ser depresiones, enfermedad que conlleva riesgo de suicidio en el 10% al 30% de los que la padecen, fundamentalmente aquellas depresiones consideradas graves; Malas relaciones afectivas, la falta de comunicación entre padres e hijos, otros factores adversos son la presión a la que están sometidos los jóvenes ante el constante bombardeo consumista y competitivo, provocando que se planteen metas a veces inalcanzables que les impiden disfrutar de una mejor calidad de vida a la que aspiran.
En una crisis suicida de adolescente es conveniente seguir estos pasos:
- Tratarlo con respeto.
- Tomarlo en serio.
- Creer lo que nos manifiesta.
- Escucharle con genuino interés.
- Permitirle expresar sus sentimientos (llanto, ira, disgusto).
- Preguntar sobre la idea suicida, para lo cual se sugiere las siguientes posibilidades:
- Primera variante: ¿Cómo piensa usted resolver su actual situación?
- Segunda variante: Usted me ha dicho que apenas duerme y desearía saber ¿en qué piensa cuando está insomne?
- Tercera variante: ¿Usted ha tenido pensamientos malos? ¿Cuáles?
- Cuarta variante: ¿En su familia alguien se ha suicidado o ha intentado el suicidio? (Esperar respuesta). Y usted ¿lo ha intentado o lo ha pensado últimamente? ¿Cuándo fue la última vez que lo pensó?
- Quinta variante: ¿Usted ha pensado suicidarse?
- Sexta variante: ¿Usted ha pensado en matarse?
Si el adolescente manifiesta que ha pensado suicidarse es necesario realizar una secuencia de preguntas para determinar la planificación suicida, lo que incrementa notablemente el peligro de suicidio. Esta secuencia es la siguiente:
¿Cómo ha pensado suicidarse?
¿Cuándo ha pensado suicidarse?
¿Dónde ha pensado suicidarse?
¿Por qué ha pensado suicidarse?
¿Para qué ha pensado suicidarse?
- Para poder obtener una respuesta que permita conocer cómo piensa el adolescente se deben evitar las preguntas que puedan ser respondidas con monosílabos, lo cual lo impediría.
- Responsabilizar al adolescente con su propia vida, siempre que ello sea posible
- Trabajar juntos en encontrar soluciones no suicidas, por lo que deben explorarse soluciones alternativas al problema que ha desencadenado la crisis suicida.
- Establecer un pacto no suicida siempre que el estado del adolescente lo permita. Para ello se le compromete a no autolesionarse durante la crisis.
- Pedir permiso para involucrar a otros miembros de la familia, amigos y cuantas personas sea necesario para apoyar al adolescente.
- Garantizar varias opciones para contactar con la persona que presta la ayuda psicológica, sean los padres y las madres, los maestros, tutores, médicos, suicidólogos, etc.
- No juzgarlo, comprometiéndonos a guardar secreto de todas las confesiones que haga el adolescente.
- Ser directivo, con el suficiente tacto como para no parecerlo.
Desde nuestro punto de vista creemos que estos problemas se pueden solucionar fácilmente con ayuda de especialistas y apoyo de nuestra familia y amigos, aunque la mayoría de los casos no se dispone de estos dos últimos elementos y los recursos económicos no permiten poder contar con la ayuda de psicólogos. Por eso siempre que presencies un caso de bulling debes ponerte en la piel de la víctima e intentar ser un pilar de apoyo para él o ella, aunque tu relación no sea muy cercana a la víctima.